La historia de Lorna

Hijo, te voy a contar como fue el 23-F. Ya sabes que después de Franco, España iba mal, mucha gente no tenía trabajo y teníamos que luchar para poder comer – y sabes que todo eso era la culpa del gobierno. Vale. Pues, un día, el 23 de febrero de 1981, mientras los políticos votaban a un nuevo presidente, un grupo de hombres valientes de la Guardia Civil y del Ejército intentaron mejorar la situación de nuestro país. Aquel día, entonces, a las 14,20 horas bloquearon con sus coches las principales calles de acceso al Congreso. Poco después, a las 16,40, entraron en el edificio y comenzaron a estudiar los accesos y la seguridad del Congreso. Tras comprobar que no tendrían mucha oposición, el líder salió del edificio y indicó a sus hombres que la operación se podía hacer como planeado. Menos de dos horas más tarde llegaron cuatro autobuses de la Guardia Civil. De repente, el teniente coronel Tejero salió de un autobús con una docena de hombres y entró a toda velocidad en el Congreso. El policía nacional de guardia saludó a los oficiales, mientras el comisario y los funcionarios de seguridad (que estaban en una sala cercana jugando a las cartas) bajaron sus armas y levantaron los brazos. De golpe, los guardias irrumpieron en la sala de debates, mientras se votaba el nuevo presidente, mientras tanto las radios y las cámaras de televisión captaban todo. Pero, a las 8 de la tarde, se hizo una operación contra la revuelta valiente. Media hora más tarde, el rey de España quiso saber lo que pensaba el ejército: estaban con el Rey los jefes militares de Burgos, Madrid, Granada y Canarias; estaban leales al golpe o eran dudosos los de La Coruña, Valladolid, Zaragoza, Barcelona, Baleares, Valencia y Sevilla. Tras varias conversaciones entre los líderes valientes del golpe y el Rey, se negoció un fin sin heridos. En cuanto, el líder valiente firma su rendición. Mientras tanto, los traidores, las Capitanías generales mostraron su apoyo al Rey. A la 1,10 de la madrugada, Juan Carlos I declaró por televisión la vuelta al desorden anterior, y el intento valiente de golpe de estado ya era historia.
Entonces, hijo mío, ahora sabes porque metieron a tu padre en la cárcel.